Un día como hoy, 14 de agosto de 1791, se inicia una sublevación de esclavos en la colonia francesa de la isla de Santo Domingo, la que se extiende rápidamente, ocasionando la muerte a blancos y esclavos.
Después de 12 años de levantamientos, guerras, masacres y traiciones, la revolución que estalló en 1791, en Santo Domingo, desembocó en la abolición de la esclavitud y en la independencia de Haití. Esta revolución fue consecuencia y prolongación de la Revolución Francesa. Sus etapas sucesivas, marcadas por numerosos enfrentamientos y entuertos fueron ampliamente determinadas por el flujo y reflujo de la revolución en Francia.
La historia de esta revolución está hecha de heroísmo y sacrificios. Los esclavos insurgentes terminaron por vencer, una tras otra, a todas las potencias europeas como España, Inglaterra y Francia. Pero también es una historia hecha con avaricia, cinismo y crueldad inhumana por parte de las clases dominantes.
Esta revolución merece ser más conocida por los trabajadores y la juventud de nuestra época. Es en el estupendo libro de Cyril Lionel Robert James, Los Jacobinos Negros, escrito en 1938, encontramos la explicación más completa y seria sobre este acontecimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario