La tarde del 12 de enero de 2010 un sismo de
7.3 grados en la escala de Richter sacudió Haití. El epicentro se localizó a 15
kilómetros de Puerto Príncipe (capital), en los días posteriores se registró
una serie de más de 26 réplicas de hasta 5.9 grados.
Según las cifras oficiales ofrecidas por el
gobierno los efectos fueron devastadores: 316,000 muertos, 350,000 heridos y más
de 1.5 millones de personas perdieron su hogar, del total de damnificados, a la
fecha, miles de personas continúan viviendo en campamentos.
Entre los edificios públicos derrumbados por
el movimiento telúrico, se encuentran el Palacio Nacional, la catedral de
Puerto Príncipe y el edificio de la misión de la Organización de las
Naciones Unidas (ONU), además de escuelas, hospitales, estaciones de policía,
ministerios, iglesias e incluso cárceles. El puerto de la capital quedó
inoperante al igual que el aeropuerto. Las pérdidas materiales se
estimaron en 7 mil 900 millones de dólares.
Siete años después del devastador terremoto
que conmocionó al mundo, Haití lucha por renacer de sus cenizas. De los
asentamientos para los desalojados tras la catástrofe a las joyas de su
geografía y el latir de sus ciudadanos.
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