Una dieta deficiente puede afectar de una forma negativa
a la mente. Entre las consecuencias se encuentra la disminución de la memoria y
la reducción de la capacidad de atención y aprendizaje, así como cambios en el
estado emocional y la forma de comunicarse e interactuar con los demás. Por
esto, es importante alimentarnos de una forma saludable.
A medida que envejecemos experimentamos un deterioro
cognitivo. Si no se ejercita, ni se cuida, el cerebro se vuelve más lento para
el procesamiento de la información. Además, las señales enviadas desde los
cinco sentidos se vuelven más débiles y se produce una reducción en la
producción de sustancias químicas del cerebro.
Sin embargo, tener una dieta nutritiva, incorporar
hábitos saludables y llevar un estilo de vida equilibrado puede ayudar a frenar
este proceso y nutrir tu cerebro de una forma saludable.
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