Jetzabel Espino
El escultor Juan Trinidad ofrece
entrevista en exclusiva para el equipo de prensa de Eventos y Opiniones al Día,
explicando en esta su trayecto como escultor.
Explica que desde muy joven externó
a sus familiares que su deseo era ser artista, a lo que su padre le respondía
que este debía de ser sacerdote porque este era su deseo.
“Al inicio de mi carrera yo me fui a
Santo Domingo para no hacer lo mal hecho” explica Trinidad.
Explica que se hacía introspecciones
con la cuestionante de cómo iba a lograr ser lo que deseaba pero que de igual
manera se planteaba posibles soluciones.
“En un momento dado me acerqué a mis
amigos Jaqui Núñez del Risco, Dios le tenga en gloria y a Chiqui Adad y lo único
que me podían ofrecer en ese momento era suapiar en la academia” dijo.
Manifiesta que este se hizo así
mismo suapeando por 60 pesos en la década de los 80, explico que esto no fue más
que el inicio de su carrera la cual estaba muy dispuesto a correr.
Manifiesta que durante su
crecimiento llegó a las manos de Chuchu Cordero y María quienes fueron sus
maestros y estuvieron al lado de él durante el crecimiento de su carrera.
“A mí me apodaron como el lagarto
Juancho” expresa Trinidad.
Cuenta que durante el proceso de su carrera
fue mucho lo que tuvo que hacer para ver realizado su sueño de ser artista,
convirtiéndose en un tiempo en escenógrafo por necesidad.
“La necesidad es la madre de la
habilidad” afirma.
Trinidad expresa que cuando se
quiere algo se lucha por esto, ya que sin tener instrumentos para tallar, creó
su primera obra para enviarla a concurso, ganando el primer lugar, hecho que le
permitió viajar y trabajar con grandes personalidades del arte.
Manifiesta que el pintor Cándido
Bidó siempre se mantuvo dándole una mano para su progreso en su carrera como
escultor.
“La clave del éxito en cualquier
área es la persistencia” afirmó.
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