El Día del orgullo autista se celebra cada 18 de junio desde 2005. Es una celebración de la neurodiversidad del espectro autista. Apoya la creencia de que los autistas no sufren una enfermedad cerebral, de la misma manera que los que tienen la piel oscura no sufren una enfermedad en la piel.
Albert Einstein, Isaac Newton, Wolfgang Amadeus Mozart, Ludwig Van Beethoven, Emanuel Kant y Hans Christian Andersen, padecieron en algún período de sus vidas alguna forma de autismo. Así lo afirma el psiquiatra irlandés Michael Fitzgerald, del Trinity Collage de Dublín, apuntando que la genialidad y el autismo si bien no van necesariamente de la mano, tampoco son en absoluto antagónicos.
Uno cada 150-160 niños sufre de trastorno del espectro autista, o autismo, (TEA), otrora considerada una enfermedad mental y actualmente cada vez más como una condición neurológica y de desarrollo que se inicia en la niñez y persiste durante toda la vida. Incide directamente en el comportamiento de las personas, su interacción con los demás, la comunicación y el aprendizaje.
Los autistas tienen mejores capacidades para procesar información que la habitual, algo que pauta una realidad contemporánea: hay un alto promedio de autistas que trabajan en sectores de tecnología de la información. Ello en parte debido a su mayor capacidad de detectar información que se considera esencial, según un estudio publicado en el "Journal of Abnormal Psychology”.
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