Estudiar para un examen de la universidad, que no pudo tomar, fue el móvil por el cual el joven Esteban Sala no acompañó a sus amigos ayer, y lo que al parecer le salvó la vida.
Los cinco jóvenes que murieron calcinados al incendiarse el vehículo en que viajaban a la altura del kilómetro 17, cuando se dirigían hacia Boca Chica, a las 4 de la madrugada, ocupaban un lugar importante en su corazón.
Sala no se imaginaba que algo así podía pasar. “Ellos me invitaron, pero yo les dije que no podía porque tenía dos exámenes en la universidad y tenía que estudiar”, cuenta consternado.
Samanta Jiménez, Esterlin García Ramírez, Juan Abel Suero Paulino y Carmen Leticia Pineda, con edades comprendidas entre 21 y 29 años, residían en el sector Cristo Rey, donde eran considerados por sus vecinos como jóvenes tranquilos “que no se metían con nadie”.
El conductor de la furgoneta marca Daihatsu, placa L148418, quien también murió, vivía en el ensanche La Fe. Fue identificado como Víctor Manuel Mercedes, y viajaba en un vehículo propiedad de un primo, según contó su hermano, Julio. “Iban acelerados y bebidos. Yo no sabía que él iba a salir; lo vi ayer y le dije que no esté jodiendo en la calle”, recuerda entre lágrimas.
Mientras que el único sobreviviente del trágico suceso, Jonas Alejandro Paulino Frías, de 22 años, está ingresado en la Unidad de Quemados del Hospital Luis E. Aybar, hasta el momento con un pronóstico reservado.
El accidente ocurrió cuando el vehículo en el que se desplazaban salió del carril colisionando con una mata de coco, y provocando el incendio del mismo, según reporta el informe preliminar.
La Amet investiga el suceso.
La Autoridad Metropolitana de Transporte (Amet) asumió las investigaciones para establecer las reales circunstancias en que ocurrió el accidente. El caso se encuentra bajo investigación del coronel Rafael Tejeda Baldera, encargado de esa área en el organismo.
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