Un día como hoy, 27 de noviembre del año 1895, Alfred Nobel, quien
inventó la dinamita en 1867 y posee una enorme fortuna por éste y otros
descubrimientos, pero a la vez un cierto complejo de culpabilidad por el mal y
la destrucción que sus inventos pueden haber causado a la Humanidad en los
campos de batalla, firma en el Club Sueco-Noruego de París (Francia), su
testamento, estableciendo que con su fortuna se cree un fondo destinado a
premiar anualmente a aquellas personas que más hayan hecho en beneficio de la
Humanidad en distintos ámbitos como son la Física, la Química, la Medicina, la
Literatura y la Paz. El primer Premio se entregará en 1901 al físico Wilhelm
Röntgen, descubridor de los rayos X aplicados en muchos campos de la medicina.
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