Honrosas condiciones humanas e
intelectuales caracterizaban al eximio profesor Marino García. El aeda y
conspicuo maestro de múltiples generaciones fue mi profesor por excelencia. Le
conocí cuando a penas yo tenía 14 años y él estaba en el apogeo de su carrera
magisterial. El digno profesor tenía unas características muy particulares,
disfrutaba lo que hacía y su inclinación por la literatura era algo
excepcional, intrínseco y de vocación. Amaba el campo con fascinación y
constantemente hacía excursiones con los estudiantes para que estos conocieran
algunas de nuestras peculiares características naturales y vernáculas. En Bonao
ha muerto un gran ser humano. En su mundo filosófico y literario el profesor
Marino García era una eminencia. Tenía un excepcional amor por la poesía y las
bellas letras. Los pueblos, a veces, no saben apreciar lo que tienen y les dan
importancia a otras cosas.
De este destacado profesor se podían aprender una
multiplicidad de conocimientos diferentes. El amor a su pueblo le hiso
mantenerse aquí toda su vida y aportar en este lugar, de una u otra manera, sus
vastos conocimientos. Creo que con este tipo de servidores públicos en la
nación dominicana nunca se ha hecho justicia social verdadera, mucho menos con
seres como él que era un apasionado con el “maravilloso mundo del saber” como
decía Alberto Einstein. Este eminente esteta en el arte de la literatura no
pudo publicar su basta producción literaria por la falta de valoración e
incentivos que existen en esta región devastada por la corrección y la visión
pobre que existe aquí sobre el valor que tienen en si misma la educación y la
cultura en la vida de un pueblo para fines de convertirlo en un atractivo para
un mundo que vive ansioso por conocer idiosincrasias diferente y modos de
pensar autóctonos. Pienso que como compensación a su extensa labor magisterial
en esta provincia una calle de Bonao debe llevar el nombre del profesor Marino
García una escuela o cualquier otro monumento de importancia. Una de mis obras
literaria está dedicada a él en sus dos ediciones y lo hice en vida como fiel
testimonio y agradecimiento a su vasto servicio prestado a la comunidad nouelense,
y el destacado liróforo valoro y disfruto tal dedicación, la cual fue hecha con
gran afecto y gratitud. en este articulo propongo que la escuela que se
construye en la actualidad en la calle Los Santos sector El Fundo lleve su
nombre para que se perpetúe como impronta honorable su estela y para que
conozcan más tarde otras culturas que aquí existió prácticamente un
erudito que a través de sus obras
legadas puede enseñar mucho a la humanidad. Su amplia producción literaria debe
ser estudiada y rescatada por que imprimió estética, sabiduría y profundidad a
sus obras.
Es mi opinión que en este medio debemos aprender a valorar nuestra
gloria porque con ello honramos, realmente, lo que merece honra y así podremos
transformar el actual derrotero de nuestra devastada sociedad. “Honrar honra”.
Su obra literaria Crepúsculo habla
mucho de su cultura amplia y de su inigualable sensibilidad como poeta. Este
libro de versos delicados, publicado allá en la década de los años 70 y de
contenido profundo debía reproducirse por una editora estatal por la familia
eminente profesor, o por una institución de servicios comunitario con el fin de
que las generaciones presente conozcan su enjundiosa y particular manera de ver
la existencia lo cual hizo de manera poética. Su obra no debe pasar
desapercibida.

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